UNA MIRADA A LA NIIF 16 ARRENDAMIENTOS

Un arrendamiento es un contrato o parte de un contrato que otorga al arrendatario el derecho de controlar el uso de un activo identificado por un tiempo determinado a cambio de una contraprestación económica. El derecho a controlar el uso del activo permite obtener sustancialmente todos los beneficios económicos generados por la posesión de ese activo, para ello es importante que dentro del contrato se pueda identificar claramente el activo y que el arrendador no tenga el derecho a sustituir el activo.

​

Un arrendamiento puede tener componentes que no son de arrendamiento, como por ejemplo, el arrendamiento de un inmueble puede incluir su mantenimiento. En este caso, el arrendatario puede elegir separar el arrendamiento de esos componentes y contabilizarlos de forma separada.

​

Contabilidad del arrendatario

​

Todos los arrendamientos se contabilizan de la misma manera, salvo aquellos contratos de corto plazo (12 meses) sin la posibilidad de renovación y los activos cuyo valor en el mercado en el supuesto de que se quisiera comprar sea menor a USD 5,000 (activos de bajo valor).

​

Al inicio del arrendamiento, el arrendatario reconoce:

​

1. Un pasivo por arrendamiento, que representa la obligación de hacer pagos por el arrendamiento traídos al valor presente mediante una tasa de descuento que podría ser implícita o incremental.

​

​

2. Un activo por derecho de uso, que representa el derecho de utilizar el activo arrendado que en gran medida es igual al pasivo por arrendamiento en caso de que no haya desembolsos iniciales relacionados con el contrato.

​

Posteriormente el pasivo por arrendamiento será actualizado por los interés e irá disminuyendo conforme se vayan cancelando las rentas pactadas en el contrato. El activo por derecho de uso tendrá una depreciación en función al plazo del arrendamiento o la vida útil del activo. Si la titularidad del activo arrendado se transfiere al final del plazo, el plazo de la depreciación siempre será la vida útil.